Violencia vicaria: la forma de violencia de género que destruye vidas a través de los hijos

La violencia vicaria aparece como una forma de violencia de género que tiene un fin tanto o más perverso: lograr la “muerte psíquica” de una madre.
Entre todas las formas de agresión hacia la mujer que los hombres se han pergeñado para diseñar, movimientos sociales han logrado sacar a la luz diversas formas de maltrato. Entre estas, emerge con particular crudeza un concepto que expone una estrategia de profunda crueldad: la violencia vicaria.
Esta modalidad, cuyo término fue establecido en 2012 por la psicóloga clínica Sonia Vaccaro, se distingue por una perversidad singular: el agresor no ataca directamente a la mujer, sino que utiliza como instrumentos a sus hijos o seres queridos para infligirle un daño psicológico devastador.
El escenario, lejos de ser hipotético, está documentado en estudios y tribunales de países como España, México y Ecuador. Según cifras de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género en España, entre 2013 y 2023, al menos 50 menores fueron asesinados en contextos de violencia de género, la mayoría por sus propios padres, con el objetivo último de causar un dolor insuperable a la madre.
La violencia vicaria se define como aquella agresión en la que el perpetrador, comúnmente un hombre en el contexto de una relación de pareja o expareja, ejerce violencia sobre los hijos o personas significativas para la mujer con el objetivo único de provocarle un daño emocional profundo. Sonia Vaccaro la describe como “aquella violencia contra la madre que se ejerce sobre las hijas e hijos con la intención de dañarla por interpósita persona”. La naturaleza de este acto es secundaria: la víctima final es la mujer, pero el daño se canaliza a través de terceros, maximizando la sensación de impotencia y el sufrimiento.
Este concepto se enraíza en la teoría del control coercitivo, desarrollada por Evan Stark, que describe cómo la violencia se ejerce a través de las relaciones íntimas en el ámbito doméstico. Vaccaro popularizó el término, enfocándose en cómo los agresores instrumentalizan a los hijos para mantener el dominio sobre la mujer incluso tras la separación.
Académicamente, se reconoce como una forma extrema de violencia doméstica que busca la “muerte psíquica” de la madre a través del daño a sus hijos, afectando múltiples sujetos de derechos.
Aunque el fenómeno no es nuevo, su reconocimiento legal es reciente. En España, la Ley Orgánica 1/2004 fue modificada en 2021 para incluir explícitamente la violencia vicaria. En Latinoamérica, países como México y Ecuador reportan su prevalencia en procesos de divorcio conflictivos, donde los niños son usados como herramientas de manipulación.
Las estadísticas globales pintan un panorama alarmante. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual. Un estudio iberoamericano de 2021 añade que, en contextos de violencia de género, el 98.7% de los hijos también experimentan violencia vicaria.
Noticia extraída de La Red 21 : link completo aquí
Como bien lo explica en detalle el informe, entre los actos de violencia contra la mujer más graves “emerge con particular crudeza un concepto que expone una estrategia de profunda crueldad: la violencia vicaria”. Las recientes noticias han traído esta cruel forma de violencia sobre la mesa con el dolor y las consecuencias que ha traído sobre la sociedad.
OREMOS
Padre venimos a ti con el dolor que nos trae esta emergente forma de violencia que tiene un trasfondo social dentro de los hogares pero que su perfil es altamente destructivo y diabólico pues tiene como objetivo “robar matar y destruir” nuestras vidas y por ende a las familias. Señor te suplicamos intervengas sobre las mentes enfermas tomadas por el mal para destruir y pongas en nosotros la urgencia de hacer conocer tu Palabra y presentar la obra de tu hijo para salvación y vida. Te lo suplicamos en el nombre de Jesús amén.
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