Noviembre - Semana 3
Tema semanal: CELEBRACIÓN

La Biblia nos enseña que los árboles, las ramas y las hojas celebran y hasta danzan delante del Señor, ¡dándole gloria!
Ningún ser humano tiene excusa para no dar gloria al Creador. La naturaleza nos lleva a considerar la majestad de Dios y conmueve nuestros corazones en alabanza.
Lunes 17
Cuando el pueblo de Dios vuelve su corazón a él, alegría y paz son el resultado. El gozo es tanto, que hasta los montes, los árboles y sus hojas se unirán en júbilo. En su gloriosa obra de restauración, Dios quita lo estéril y produce belleza y fruto.
Meditamos en Is. 55.12-13
Martes 18
Las fiestas judías eran un recordatorio para el pueblo de Dios del amor y la protección divina. Resignificar la gratitud es considerar un momento en todo tiempo para dar gracias y celebrar a Dios aun por las cosas simples de la vida.
Meditamos en Lv. 23.40-43
Oramos: Que sea derramado un temor reverente de Dios y se derriben fortalezas mentales de incredulidad, escepticismo y confusión que el enemigo ha levantado entre los jóvenes.
Miércoles 19
El rey David bailó y gritó de alegría cuando el arca fue trasladada al tabernáculo que había preparado. Entonces, escribió una canción de acción de gracias para celebrar la ocasión. La canción espera la segunda venida del Mesías. Incluso los árboles se unen a la celebración.
Meditamos en 1 Cr. 16.28-36
Oramos: Por líderes crisitanos en medios universitarios y otros centros de estudio que guíen a muchos jóvenes a involucrarse en una relación personal con Jesucristo.
Jueves 20
Durante la entrada de Jesús en Jerusalén, la gente agitaba ramas de palma para saludarlo como rey y él recibió la adoración y el reconocimiento de sus seguidores. La adoración y el reconocimiento de Jesús como el Mesías prometido son fundamentales en la vida cristiana.
Meditamos en Jn. 12.12-13
Oramos: Que el poder del amor paternal de Dios derribe fortalezas de rebelión y disipe todo argumento de confusión asentados en las mentes de los estudiantes.
Viernes 21
Muy a menudo, las multitudes que adoraban a Jesús lo seguían únicamente para obtener algo de él, y la mayoría de su audiencia rechazaba cualquier tipo de compromiso personal, pero el día de su entrada en Jerusalén representó un reconocimiento de que él era el Mesías.
Meditamos en Mc. 11.8-9
Oramos: Por una generación que ame a Dios desde pequeños, que lo conozcan como su papá eterno y anhelen hacer la voluntad de Dios aún en contra de las corrientes de este mundo.
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