La iglesia es una comunidad terapéutica porque se congrega en torno a Jesucristo y, por lo tanto, las personas que a ella se aproximan pueden recibir su influencia sanadora. Todos sus integrantes deben ser conscientes del abismo existente entre lo que son y lo que deben llegar a ser. Esto se expresa tanto a través del crecimiento personal de cada uno de sus miembros, como en la misión redentora y sanadora con las personas que se aproximen a ella.
La función terapéutica de la iglesia es otra manera de expresar su misión evangelizadora. El verbo griego terapeuo, significa «cuidar», «curar». Muchos textos bíblicos señalan la necesidad de cuidarnos los unos a los otros.
Si realmente nos congregamos en torno a Jesucristo, como los que escucharon el Sermón de la Montaña, somos Iglesia-comunidad terapéutica. Pero si tomamos a la iglesia como un club religioso, entonces hay una gran diferencia. Si solo tenemos lo que Wesley llamaba una religión de verano, si no tomamos en serio la realidad de que Jesucristo es el Señor de la iglesia, jamás seremos una comunidad terapéutica.
(Adaptado ref. 6. 1 del cuaderno de oración 2024)